Soy muy leal, honesto y sincero, tiendo a ser muy justo y algo temperamental. Me gusta conocer la verdad en todo, soy respetuoso y por su naturaleza defiendo la justicia. Soy dogmático y fiel. No me gustan las medias tintas, es blanco o negro. Tengo pocos
amigos, soy sensible y fácil de lastimar. Soy capaz de dar la vida por aquellos que amo. Filantrópico y siempre contribuyo a las causas justas y sociales. Soy directo, detesto las trampas psicológicas y los pleitos. Soy un excelente amigo y consejero, alegre y divertido
Deseo una relación estable y feliz, hay algo más que pasión y atracción. La
amistad es la que traza auténticas alianzas, es el pegamento de la confianza y el refugio de esa complicidad que enriquece el día a día a ambas personas, que desean un mutuo futuro.
Una de las evidencias para saber si la amistad con mi futura
pareja es auténtica tiene que ver con la aceptación incondicional. Si te acepta tal y como soy, si no te insiste en que seas de tal forma, en que cambies aquello u actúes de tal manera, es la persona perfecta.
La aceptación también tiene que ver con aquello que siente el otro. Necesito a
una pareja que no invalide mis sentimientos, emociones, valores y pensamientos. Lo que uno siente y piensa también define quién somos.
Una de las evidencias para evaluar nuestra amistad con el posible ser amado tiene que ver con la libertad. La relación afectiva enriquecedora es aquella que “permite ser” y que no controla, ni coacciona, ni limita nada entre a
