Con la cantidad de gente que hay por las calles, rostros hermosos entrando en un bar, ojos misteriosos al otro lado de la ventanilla de un autobús, labios que sonríen cada día y con los que nos cruzamos sin atrevernos a intercambiar ni una sola palabra a pesar de las fantasías que nos despiertan, me pregunto por qué nos refugiamos y buscamos la vida a través de una pantalla, y sin embargo aquí estoy, explorando otra forma de
conocer gente nueva, de vivir otro tipo de aventuras, de experiencias, con curiosidad por saber qué puede depararme este lugar.